miércoles, 23 de julio de 2014

Un césped cuidado para disfrutar del jardín

Si tienes un jardín o una terraza con césped en casa ya conoces lo que es disfrutar de la naturaleza sin salir de ella. Pero, si aún no lo tienes y estás dispuesto a cambiar el paisaje de este espacio, esta es tu oportunidad para que anotes las indicaciones necesarias para mantener tu pradera a punto durante todo el año. Aporta valor añadido a lo que puede ser tu segunda casa, es la mejor tarjeta de visita para todos tus invitados.

Cuidar bien el césped es fundamental para que terraza o jardín se convierta en una extensión más de tu salón, tu cocina o incluso tu dormitorio, a lo mejor te animas a dormir viendo las estrellas este verano.



Te has decidido: ¿qué césped poner?
Debemos valorar qué variedad de césped vamos a plantar en nuestros jardines en función de las condiciones climáticas y del uso que vayamos a darle. Por ejemplo, para zonas deportivas se utiliza un tipo de semilla más resistente que las enfocadas a un uso residencial privado, y también hay césped especial para zonas de sombra.

El césped se puede componer de una mezcla de semillas de especies o de un único tipo de semilla. La elección del tipo de semilla o de la mezcla de semillas es fundamental para conseguir la pradera ideal, ya que no evolucionará igual un césped en una zona de sombra que en una zona de juegos infantiles al sol.
Sea cual sea nuestra elección, el césped requiere unos cuidados de manera regular a lo largo del año,sobre todo en época de crecimiento, cuando el clima es suave. Suele ser en primavera, finales de verano y otoño. Y, las labores fundamentales que tienes que realizar son:

1. Riego
Poder mantener una pradera de césped requiere que se riegue regularmente. Para ello lo más sencillo es instalar un sistema automatizado de riego. El césped lo agradecerá. Un metro cuadrado de césped suele necesitar entre 3 y 6 litros de agua al día dependiendo de la estación del año y de las temperaturas. La época de riego, siempre dependiendo de las lluvias, sería de abril a octubre, y los tiempos de riego oscilan entre cinco y veinte minutos, de una a tres veces al día. La frecuencia depende del caudal de cada difusor o aspersor. 

2. Siega o corte
Aunque es la tarea más aburrida, constituye uno de los factores más importantes del cuidado del césped. Mediante el corte correcto, el césped se va regenerando y evitamos que la hierba florezca y se vuelva leñosa. En el momento de segar hay que observar siempre la altura de la planta: se corta como máximo un tercio de su altura, para que esta crezca más y tenga un aspecto óptimo. En caso de querer disminuir mucho la altura de corte, se debe realizar en varias siegas y no sólo una drástica.

3. Escarificado y aireado
Si tu césped está muy compactado y deteriorado por el pisoteo, y no está suave y mullido al tacto, entonces necesitas realizar un escarificado. En céspedes de cierta edad, esta labor actúa como regeneradora del mismo. La máquina que se utiliza para ello se llama escarificadora, puede ser manual o a motor y se puede alquilar en centros de maquinaria de jardín o en grandes superficies.

Se recomienda realizarlo al menos una vez al año, siendo a finales de verano o principios de otoño la mejor época. Después se procede a realizar un enarenado que consiste en esparcir arena de río que mejorará la textura del suelo.

4. Abonado
Para que el césped se pueda desarrollar sano y brillante hay que aportar los nutrientes que necesita, por eso es muy importante abonar sobre todo a finales de invierno y en primavera. Hay dos tipos de abono:

-Orgánico: de origen animal (estiércol) o vegetal (mantillo), se aplica a finales de invierno y proporciona los nutrientes necesarios para la brotación y germinación de las semillas.

- Mineral: de origen químico suele presentarse en forma de bolitas azules o marrones y están compuestos por diferentes concentraciones de Nitrógeno, Fósforo y Potasio (NPK). Se aplica paulatinamente y en poca cantidad en primavera y otoño.

Asimismo, durante todo el año debemos realizar las tareas de limpieza tales como recogida de hojas, eliminación de malas hierbas o una resiembra cuando el césped tenga calvas, siendo la mejor época para ésta a principios de primavera o principios de otoño.

miércoles, 9 de julio de 2014

Cómo mantener limpia y segura tu cocina.



Elimina todos los objetos amontonados sobre una superficie. Deshazte de cualquier electrodoméstico o aparato que ya no uses, pues sólo ocupan espacio y acumulan polvo que afecta la limpieza de tu cocina

Mantén tu refrigerador limpio y ordenado. Antes de hacer tu compra semanal en el supermercado, revisa el interior de tu refri para tirar a la basura la comida que ya no sirva, y limpiar todas las charolas o estantes que se encuentren sucios.

Usa un bote de basura con una buena tapa para mantener alejados a moscas y mosquitos.

Lava y desinfecta tu bote de basura al menos una vez a la semana. Esto asegurará que cualquier tipo de gérmenes que puedan haber continuado en el interior de tu bote después de vaciarlo se eliminen de una vez por todas.

Usa tablas de picar comida diferentes para distintos tipos de alimentos. Usar tablas de picar diferentes para tus carnes y vegetales reduce la propagación de agentes patógenos.

Cambia diariamente el trapo o toalla que usas para limpiar tu cocina. Usa toallas diferentes para secar superficies y trastes.

Usa toallas de papel para limpiar restos de cualquier tipo de comida que pueda contener bacterias, como carne o huevos crudos, y también basura que haya caído al piso. Es mejor usar material desechable para limpiar superficies muy contaminadas, en lugar de toallas o esponjas que probablemente vuelvas a usar en el futuro.

Mantén el piso de tu cocina libre de residuos y grasas; procura limpiarlo y barrerlo con frecuencia. Si un líquido se derramó, usa el trapeador para limpiarlo enseguida en lugar de dejarlo ahí y permitir que ensucie más el piso.

No dejes tus cubiertos y trastes sucios después de una comida, ya que pueden atraer bacterias. Lávalos con agua caliente y jabón en cuanto hayas terminado de comer.

Limpia todas las superficies que están expuestas a contacto frecuente con las manos. Esto incluye manijas, perillas, botones, controles remotos e interruptores de luz